jueves, 8 de diciembre de 2022

Nuestras fuentes de Omega 3

El Omega 3 es un ácido graso esencial para nuestra salud. Existen los ácidos grasos "monoinsaturados" como los que se encuentran en el aceite de oliva y los "poliinsaturados" como entre los que se encuentran el Omega 6 y 3.

Los alimentos ricos en Omega 6 son consumidos en exceso por las sociedades occidentalizadas como las nuestras, aunque en el caso del ácido graso Omega 3, todo lo contrario, es muy pobre en nuestra dieta.

Además, el omega 3 y 6 deben ser consumidos de forma equilibrada porque se complementan en su acción. Ahora, se supone que consumamos a penas 3 o 4 veces más omega 6 que omega 3, y dado que nuestro consumo de omega 3 es deficiente y nuestro consumo de omega 6 es excesivo, terminamos generando un desequilibrio. Y esto puede ser un problema ya que el omega 6 es una sustancia que si consumimos en exceso nos puede predisponer a sufrir de inflamación crónica.


El omega 3 tiene un origen animal, pues se encuentra en el pescado. Y un origen vegetal en la nuez, chía, lino, y cáñamo: sin embargo, el tipo de omega 3 que contienen estas semillas son Ácidos Alfa Linolénicos. Un precursor de sus formas activas "DHA" que tiene funciones a nivel del cerebro, siendo este ácido graso la materia prima para la mielina que recubre la neurona. Y su otra forma activa es "EPA" que tiene funciones cardio-protectoras principalmente.

La cuestión es que del omega 3 que el cuerpo consume en forma de Ácido Alfa Linolénico, el cuerpo tan solo convierte una pequeña cantidad de este ácido graso a sus derivados (formas activas de la grasa). Lo que lleva a la comunidad científica a preguntarse por qué un aceite tan esencial no se sintetiza con mayor volumen. La forma de acceder a DHA y EPA es a través del consumo de pescado, que contiene estas formas activas del Omega 3, y en grandes cantidades. Esto lleva a que se recomiende el consumo de Pescado, alternativa no vegetariana.

Ahora, lo que no queda claro en el debate es si las personas vegetarianas serían propensas a tener déficit de Omega 3. Ya que si bien se sabe que el cuerpo sintetiza un porcentaje sumamente bajo de DHA y EPA, no sabemos cuanta cantidad se sintetiza en cada tejido del cuerpo, ni queda claro si los niveles de DHA se pueden mantener estables a pesar de una dieta de Ácido Alfa Linolénico, sin pescado. El DHA, además de sintetizarse en el hígado, lo hace en el cerebro donde se necesita. Es posible que el cuerpo genere su propio DHA y EPA a partir del ALA, aunque tanto en dietas vegetarianas como en dietas omnívoras la síntesis de estos nutrientes puede verse saboteada por una mala alimentación. Una alimentación alta en azúcares, alcoholes, grasas saturadas o alimentos que puedan generar un desequilibrio a nivel del sistema digestivo. 

Lo que sí se sabe con certeza es que el déficit de ácidos grasos Omega 3 causa problemas de depresión o problemas mentales y estado de inflamación crónica. También se ha demostrado que el aumento de consumo de Ácido Alfa Linolénico aumenta la producción de EPA aunque no la de DHA, pero no se demostró que sea necesario el consumo de DHA en su forma activa para prevenir un déficit.

Como fuentes vegetales, las que tienen más volumen de Omega 3 por lejos son el Lino de África y la Chía de Centroamérica. El Lino es mucho más económico y conviene dejarlo en remojo unas cuantas horas antes de su consumo. Si queremos el Omega 3 en mayor concentración deberíamos buscarlo en los aceites de linaza y de chía, aunque son aún más difíciles de encontrar en el mercado, y con el aporte de ácido linolénico de un par de cucharadas de chía y/o lino por día, basta. Aunque si procesamos y activamos la chía y el lino, podemos obtener mejores resultados en cuanto a la absorción del Omega 3.

Aunque el consumo de nuez local, puede ayudar ya que es el fruto seco con más ácidos grasos poliinsaturados tipo omega 3. También está disponible la Quinoa y el aceite de oliva, con altos aportes de omega 3.

Y si bien se recomienda otros alimentos que es cierto que tienen omega 3, algunos de estos como el aceite de soja también son altos en Omega 6, que tenemos que consumir en mucho menor cantidad, por lo que no solo debemos chequear los valores de Omega 3 del alimento. Como explicamos en el artículo sobre el Omega 6, es importante reducir el consumo de este aceite graso poliinsaturado, para que el cuerpo se encuentre en equilibrio en su relación omega6-omega3.

La industria como siempre propone "falsas  soluciones" para resolver estos problemas de déficit nutricional. Una semilla transgénica de Commelina para la producción de DHA y EPA a partir de una planta, es una de las soluciones propuestas. Otra es el consumo de cápsulas de aceite de pescado, que son vendidas de forma masiva y que suelen oxidarse y causar problemas de salud. Finalmente los suplementos de ácidos grasos que en realidad por sí solos no son suficientes para aportar lo que los alimentos con Omega 3. Teniendo en cuenta siempre que las soluciones a base de suplementos no traen consigo una verdadera reflexión que vaya en pro de un cambio estructural en nuestra forma de producir y consumir alimentos, sino que va en función de un mercado de suplementación creciente, donde "el pastillero" vuelve a volver como solución a los déficit nutricionales consecuencia de la vida en ciudades.

Nuestra recomendación es el consumo de fuentes vegetales que contengan Ácido graso Omega 3, y siempre una buena alimentación que nos permita la absorción correcta de los nutrientes y evitar cualquier déficit. Respecto al consumo regular y consciente de pescado puede solucionar tanto los problemas asociados a un déficit de Omega 3 como a uno de B12. Aunque en ambos casos queda en duda de si las posibilidades de carecer de estos nutrientes son riesgos asociados a la población vegetariana o son más importantes factores asociados a la mala alimentación (en conjunto con una dieta vegana o no).

¿Por qué consumimos tanto Omega 6?

El Omega 3, debería consumirse en mayor cantidad en la dieta de los países occidentalizados como Uruguay. Y deberíamos reducir nuestro consumo de Omega 6, que es consumido en exceso.


En las sociedades occidentalizadas se entiende que consumimos Omega 6 y Omega 3 en una relación de 20 a 1 respectivamente, cuando lo que se recomienda a nivel histórico es el consumo de 4 veces más omega 6, que Omega 3, ¡No 20 veces más! Si bien el consumo de Omega 6 es necesario para el correcto funcionamiento del organismo, lo consumimos en exceso.

La desproporcionada cantidad de omega 6 que consumimos aumenta la oxidación del organismo y nos hace propensos a tener un estado de inflamación más crónico, lo que puede desencadenar en numerosos síntomas. Además de aumentar riesgos cardíacos.

Los Alimentos con Omega 6

  1. Aceites Vegetales de Monocultivo: Canola, Maíz, Girasol, Soja. Son más económicos y más abundantes porque se producen a gran escala, mediante semillas transgénicas, para la producción de aceites para la industria de ultraprocesados, o como producto secundario del cultivo de grano para el engorde de animales de la industria cárnica.

    2. La grasa de animales alimentados a base de estas semillas de monocultivo, también aporta grandes valores de omega 6.

    3. Alimentos Ultraprocesados Industriales, que utilizan muchos tipos de grasas para el procesamiento de galletitas, alfajores, panes, snacks dulces y salados, productos instantáneos o congelados. Constituyen un gran porcentaje de todos los alimentos que podemos encontrar en un quiosco, un almacén o un supermercado.
     

El exceso de omega 6 en nuestras dietas sin duda es otro de los problemas que trae la industria alimentaria, con la complicidad del Estado. Por un lado la Multinacional Bayer con sus semillas transgénicas y los monocultivos asociados, que además de contaminar tierras y alimentos con agrotóxicos: Son responsables de que nuestra alimentación se adapte a lo que producen los monocultivos (en vez de cultivar lo que necesitamos). De esa forma reducen nuestra alimentación a una variedad muy pobre de nutrientes, a la vez que destruyen la diversidad de los ecosistemas sembrando cada vez menos especies y fumigando.

Los monocultivos de grano transgénicos y no transgénicos tienen dos principales destinos:

La industria cárnica que a partir de esos granos alimenta al ganado, produciendo una carne de muy bajo valor nutricional (por lo que es una solución alimentaria poco confiable, y por los niveles de grasa de la carne). 

La industria de los alimentos humanos es el otro destino de los granos. Se fabrican aceites vegetales para su uso en las cocinas industriales de comida rápida y para su venta a las familias. Pero además de los aceites vegetales, numerosos derivados de los granos de maíz, soja, trigo y otros monocultivos, son utilizados en la producción de alimentos ultraprocesados. Se busca fabricar todos los alimentos que comemos en función de la agricultura intensiva de los monocultivos, haciendo nuestra dieta mucho más pobre.

Para evitar el exceso de consumo de Omega 6: la opción más recomendada es el uso de aceite de oliva que justamente es el más costoso, porque no proviene del cultivo de granos de secano. Sobre la "manteca" que también figura en la gráfica de arriba hay que mencionar que tiene poco omega 6, porque la mayoría son grasas saturadas, no es porque sea más recomendable. Respecto al Aceite de Girasol Alto Oleico, es una solución propuesta por la industria (por lo que hay que tener especial cuidado) a través del uso de una semilla de Girasol genéticamente modificada (se desconoce si es hibrido o transgénico) que produce más porcentaje de ácido oleico (Omega 9) que es el ácido graso que también posee en gran cantidad el aceite de oliva. De esa forma este girasol hibrido podría producir un aceite más parecido al del oliva.

Nuestra recomendación es que comas solo lo que necesitas, y si necesitamos menos omega 6 y no siempre tenemos a mano aceite de oliva: consumamos menos aceites vegetales. ¿Cómo? Utilizando menos aceite en nuestras preparaciones y más comidas hechas al agua, utilizando menos aceites en nuestras ensaladas. 

Acostumbrarse a utilizar menos aceites en nuestros alimentos nos ayudará a reducir nuestro consumo de aceite y poder acceder a aceites más caros como el de oliva, pero a la vez hay que reducir también el consumo de ultraprocesados.